En mi obra, tan enfocada en la ciudad de New York, sería fácil pensar que los grandes edificios y rascacielos centrarían el tema de la mayoría de mis cuadros, pero en realidad mis ojos se centran en otros motivos y escenas. Por ejemplo, la historia de esta ciudad se estudia en sus calles, no en museos, en cada ríncón, en cada calle hay arte y cultura, o simplemente VIDA. El mismo trasiego de vehículos y personas, sus infinitas luces de colores, sus escaparates o sus fachadas, unas relucientes y evejentadas otras, todas son el motivo preferido de cualquiera que viva la pintura desde el impresionismo.